17 dic
El momento de la enfermería.
Uno de los grandes retos que tiene la sociedad española y la asturiana en mayor medida si cabe, es mantener de forma sostenible la salud y el bienestar de los ciudadanos. En un contexto de envejecimiento irreversible, con una crisis económica prácticamente endémica, y unos servicios de salud y sociales sobresaturados. Es el momento de reflexionar cual debe ser el futuro de los servicios de salud, el futuro de los servicios sociosanitarios y en definitiva donde irán a parar los derechos sociales de los ciudadanos.
Sea abren ante nosotros diferentes opciones; la primera es sencilla, la privatización de los servicios, algo que de una forma u otra ya está ocurriendo en mayor o menor medida, directa o indirectamente, cada vez hay más gente que decide contratar un seguro de salud y cada vez más, las administraciones públicas subcontratan servicios con empresas privadas.
Esta solución puede servir para salir de la urgencia en un momento determinado y es que aunque en el ámbito privado las cosas se pueden hacer muy bien, esto nos va a condicionar a mantener un sistema público de salud en precario, anticuado y dependiente de agentes externos para sobrevivir.
No podemos obviar tampoco que el acceso a la sanidad privada no es apta para todos los bolsillos y por lo general (Aunque esto también está cambiando) se trabaja más la solución de las enfermedades que la promoción de la salud y el bienestar. A nuestra sociedad debería interesarle más vivir mejor y enfermar menos, que ser muy eficientes en curar a los enfermos (Que por supuesto es un objetivo deseable)
Tenemos la opción de seguir haciendo lo de siempre, esperar que pase el vendaval, continuar haciendo las cosas como se vienen haciendo desde hace décadas, en la esperanza de que la situación cambiará, la sociedad rejuvenecerá, la tecnología solucionará todos estos problemas y nosotros solo tendremos que mantener el pabilo vacilante.
Esta segunda opción de mantener el status quo, del todo conservadora, es la más habitual en los servicios públicos de salud. Es verdad que antaño era el ámbito de la empresa pública la que tomaba decisiones arriesgadas e innovadoras buscando la mejora de la calidad, pero hace tiempo que esto ya no es así, y el ímpetu que pudieran tener los gestores es frenado por una inercia insoportable de la burocracia y los lobbies.
En el caso de la salud y el bienestar de nuestra comunidad nos atrevemos a vislumbrar una tercera vía, una vía que llevan proponiendo hace años organizaciones de prestigio internacional como la OMS pero que no han calado mucho en nuestro país, ni en Asturias, ni con campañas de #nursingnow, ni con años internacionales de las enfermeras.
Sí, nos atrevemos a pedir que se apueste por las enfermeras, apuesten con criterios de compromiso y sostenibilidad. Hagan que trabajar en Asturias sea atractivo para las enfermeras, dispongan las herramientas necesarias para que las enfermeras puedan hacer mejor su trabajo, para que resuelvan mejor, problemas de salud, para que hagan de nuestras comunidades, comunidades más sanas, más equitativas y económicamente más sostenibles.
Me negarán la mayor, pero hace tiempo que parece que todo lo que tiene que ver con el desarrollo de esta profesión va más lento, tarda más, se atasca. Se generan paradojas increíbles como inversiones millonarias para la formación de especialistas que luego no son reconocidos por el sistema o se trata de una de las carreras de acceso más complejo para no poder desarrollar carrera en la administración y el ámbito privado como cualquier otra profesión, porque si eres enfermera… No puedes.
Es hora de que todo esto empiece a cambiar, es la hora de reconocer la labor de las enfermeras, la que han hecho, la que hacen y la que pueden hacer. No, no lo pedimos como una reivindicación corporativista a la que tendríamos el mismo derecho que otros lobbies que actúan dentro y fuera del sistema; lo pedimos porque creemos que es verdaderamente bueno para nuestra comunidad. Aún estamos a tiempo.
Las enfermeras son garantía de profesionalización del cuidado, la única solución para evitar el fenómeno de miserabilización del cuidado que se viene dando en nuestras comunidades, son garantía de trabajo en equipo con otros profesionales para generar entornos de cuidado y salud, sostenibles.
Apuesten por una atención primaria enfermera, apuesten por una atención hospitalaria enfermera, apuesten por un ámbito sociosanitario enfermero, en el que las personas y su cuidado sea el centro. Apuesten por enfermeras especialistas y generalistas. Giren el rumbo.
Podría pensarse que esto que contamos es retórica, pero vamos a concretar unas cuantas cosas que se podrían hacer para mejorar el sistema: Dejen a los ciudadanos escoger su enfermera, permitan a las enfermeras indicar medicamentos y productos sanitarios como indican las normas, déjenlas gestionar los pacientes crónicos, permítanlas dirigir equipos y gestionar equipamientos, reconozcan su formación especializada y dejen que aporten valor añadido, reconozcan su formación académica como a cualquier otro profesional del sistema, equiparen a todas las enfermeras del sistema público acaben con las diferencias de las enfermeras del SESPA y otras profesionales como las del ERA y otras consejerías,
En definitiva, hagan de Asturias un lugar apetecible para trabajar como enfermera y verán como mejora la salud y el bienestar de los asturianos. Es el momento.