Graduado en enfermería por la Facultad de Gijón. Tiene
una amplia trayectoria en el asociacionismo y la participación comunitaria.
Involucrado en el Grupo de Participación Juvenil y la Mesa Intersectorial de
Salud de Villaviciosa, impartiendo talleres prácticos sobre RCP y alimentación
saludable. Ha recibido el Premio Impacto Positivo, otorgado por la Cátedra
MediaLab, una distinción que visibiliza acciones que contribuyan mejorar la
sociedad. Miembro de la Asociación Estatal de Estudiantes de Enfermería, donde
formó parte de la Comisión Ejecutiva.
-Como joven enfermero, recién titulado ¿Cómo afronta el mercado laboral?
Con realismo y positividad. Haber realizado el grado de Enfermería nos abre
muchas puertas, tanto en el ámbito asistencial como en los campos docente,
gestor e investigador. Tenemos la oportunidad de comparar opciones y elegir
aquello que mejor se adapte a nuestras necesidades y expectativas. En mi caso,
tengo muy claras las mías.
-¿Ejerce o tienes pensado ejercer en Asturias o el futuro profesional
inmediato pasa por salir fuera?
He considerado la opción de irme fuera, ya que, incluso como estudiantes,
recibimos ofertas muy interesantes tanto a nivel nacional como internacional.
Estas ofertas nos permiten cambiar de entorno, crecer profesionalmente y
explorar condiciones laborales más diversas. Sin embargo, he decidido ejercer
en Asturias, donde llevo trabajando en el mismo servicio desde junio. Mientras
tanto, continuaré con mi formación, enfocándome en áreas específicas. En
octubre, comenzaré un máster oficial en Alimentación Saludable y Sostenible.
Posteriormente he valorado otras formaciones, lo que podría implicar salir de
aquí. La enfermería ofrece tantas salidas que las posibilidades son casi
infinitas.
-¿Qué retos enfrenta la profesión de enfermería a futuro?
Uno de los principales retos es el reconocimiento laboral. A pesar de los
aplausos y el reconocimiento social, seguimos sin tener la categoría A1.
Tampoco se ha implementado la ley de ratio paciente-enfermera, que es crucial
para ofrecer una atención óptima. Se reconocen nuestras competencias, aumentan
nuestras funciones y la carga asistencial, pero no se produce una mejora
retributiva ni una categoría profesional adecuada a nivel legislativo, seguimos
sin poder optar a ciertos cargos por pertenecer a la categoría A2. En cuanto a
las enfermeras especializadas, el sistema evoluciona hacia una atención más
personalizada, enfocándose en la persona como un sujeto activo, lo que enfatiza
la necesidad de formaciones post grado. No obstante, a pesar de poder
especializarnos de muchas formas (vía EIR, másteres, expertos universitarios...),
carecemos de bolsas de trabajo específicas, y hay gran variabilidad entre
comunidades autónomas. Es necesario incentivar la especialización de una manera
más homogénea y accesible. Otro reto es la precariedad y las condiciones
laborales, la inestabilidad no contribuye a la eficiencia del sistema; de
hecho, incentiva la fuga de profesionales.
-¿Cómo ve la situación actual del gremio en Asturias? ¿A qué se enfrenta a
corto y medio plazo?
-a falta de enfermeras es un problema generalizado, pero en Asturias se agrava
debido a las jubilaciones y a una población cada vez más envejecida. A corto
plazo, esto repercute en la atención al paciente y aumenta nuestra carga
laboral, lo que a su vez incrementa el riesgo de “burnout” entre nosotros. Ya
han empezado a aumentar las plazas en el grado universitario, una medida
inefectiva a corto plazo (dicho tanto por la Asociación Estatal de Estudiantes
de Enfermería como el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina).
-¿Qué expectativas tiene una enfermera que accede al mundo laboral por
primera vez?
Entro al mundo laboral consciente de los desafíos que quedan por superar y de
lo mucho que queda por valorar y regular en nuestra profesión. En primer lugar,
espero poder ejercer en los servicios o áreas que me generan interés. En
segundo lugar, busco la satisfacción de poner en práctica todo lo aprendido y
formar parte del motor de cambio que supone esta nueva generación de
enfermeras. Y, en tercer lugar, espero un reconocimiento adecuado de nuestra
labor y un trato justo por parte del sistema. No aceptaré condiciones abusivas;
mi tolerancia es cero en ese aspecto.
-¿Qué se espera de la enfermería del futuro? ¿Cómo se ve de aquí a unos años
en el mundo laboral del sector sanitario?
La enfermería del futuro será un referente en la atención al paciente y en la
elaboración de planes de cuidados, así como en la innovación. La profesión
seguirá evolucionando, no solo en el ámbito asistencial, sino también en las
áreas de docencia, gestión e investigación. Será una profesión que sufrirá
cambios importantes, y en la que la formación continua será clave para
mantenerse al día con las nuevas demandas y tecnologías. Además, el papel de la
enfermería en la gestión y la investigación se fortalecerá, permitiendo a los
profesionales contribuir de manera significativa al avance del conocimiento y a
la mejora de la práctica sanitaria en todas sus facetas.
-¿Le es de apoyo y ayuda el Colegio profesional de Enfermería de Asturias?
¿Interactúa frecuentemente con su actividad, formación, etc...?
El CODEPA aporta un respaldo sólido y transparente. Se ha posicionado
públicamente de forma fundamentada ante cuestiones que nos afectan, respetando
nuestros principios, lo que resulta de gran utilidad. Además, organiza
actividades formativas muy interesantes; por ejemplo, en octubre del 2023 tuve
la oportunidad de asistir al Congreso “Salud en el Siglo XXI: El Desafío de
Respetar Nuestros Genes”, que fue una experiencia muy enriquecedora.